sábado, 5 de septiembre de 2015

Ni siquiera creo que me quieras.



Un día me sonreíste, me dijiste que te gustaba mi cara, mi pelo, y cómo me vestía. 
Otro día, me diste la mano, y me hiciste saber cuánto te gustaba mi forma de ser, de cantar cuando nadie me veía, y de cambiar el tema de conversación cuando no sabía qué decir. 
Otro día, me abrazaste, te acercaste a mi oído, y me dijiste "te quiero", que aún hoy trato de descifrar si era sincero. 
Pero pasó el tiempo, el maldito tiempo, que todo lo arruina, lo esfuma, lo transforma. 
Hoy ya no me sonreís, no me das la mano, ni tampoco me abrazas. 
Hoy no te fijas en mi pelo, no te convence mi forma de ser, y ni siquiera creo que me quieras.


CTV-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario